¿Qué es la
fascia?
La fascia representa el tejido conectivo denso que forma de diferentes
maneras una red continua de conexión entre los elementos del cuerpo, crea
vinculos entre todos los componentes anatómicos. Esos vínculos actúan no
solamente como medos de unión anatómica, sino tienen asignadas también extensas
tareas funcionales.
Desde ese punto de vista el sistema fascial juega por ejemplo, un
importante rol en el mantenimiento de la postura corporal. Las disecciones de
los cadáveres frescos y las observaciones durante los actos quirúrgicos revelan
que la fascia no solamente rodea a las estruccturas musculares, sino que
infiltra la masa muscular y la grasa, de una manera muy individual en cada
persona, formando así la tridimensional red de interconexión en los niveles de
macro y microestructura corporal penetrando a los espacios más profundos de su
construcción. Esas conexiones pueden, inclusive, llegar a nivel celular e
intracelular.
La fascia lo envuelve todo, es la responsable de la estructura, algunos autores (Pilat, Rolf) comparan la estructura del sistema fascial con la de una naranja, donde la pulpa rellena los compartimentos formados por la estructura de la corteza de la fruta. Al sacar la pulpa, observamos que la forma de la fruta se mantiene intacta, conservando la forma original de la naranja.
El sistema fascial proporciona soporte, protección, integridad, sostén, amortigua, permite la fijación de otros elementos, nutre a los tejidos, es responsable de la coordinación hemodinámica (manteniendo el bombeo circulatorio) junto con el sistema linfático y vascular con los que está íntimamente unida y da un equilibrio natural al organismo cohesionando todas la estructuras. El sistema fascial presenta otras funciones complementarias como son la ayuda en los procesos bioquímicos a través de las actividades del líquido intersticial, regulación de la homeostasis, la ayuda en la preservación de la temperatura corporal y en el saneamiento de las heridas (producción de colágeno).
¿Qué es la Inducción Miofascial?
Es un método de evaluación y tratamiento a través de movimientos
tridimensionales y presiones sostenidas en todo el sistema fascial, eliminando
así sus restricciones y proporcionando al paciente un pronto y, en lo posible,
completo restablecimiento de la homeostasis corporal.
Se dirige al tratamiento manual de los desórdenes más comunes que afectan al aparato locomotor como consecuencia de diferentes tipos de traumatismos (fracturas, esguinces, torceduras, golpes, etc., que producen dolorosas e limitantes cicatrices internas o externas limitando el movimiento y produciendo dolor), como también a raíz de los cambios relacionados con el proceso reumático, artrítico o artrósico que afecta el funcionamiento de la columna vertebral, las rodillas, los hombros y otras articulaciones del cuerpo. Si se altera la estructura de la fascia, al ser continua, puede provocar restricciones en zonas lejanas a la zona afectada, causando dolor y alterando el funcionamiento del aparato locomotor y del resto de sistemas.
En el proceso del tratamiento, el fisioterapeuta utiliza suaves estiramientos, presiones sostenidas y un posicionamiento especial para lograr cambios en el desenvolvimiento mecánico del cuerpo y así aliviar el dolor como también recuperar la alterada función corporal.
Los tratamientos son
individuales y pueden tener una duración entre veinte minutos y una hora.
Generalmente se aplican entre una y tres veces por semana dependiendo del tipo,
la antigüedad y severidad de la patología tratada.
Las típicas dolencias tratadas exitosamente con las Técnicas
Miofasciales son: lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias, hombros dolorosos,
cefaleas, síndrome de la fatiga crónica, problemas menstruales, codo de tenista,
secuelas del latigazo cervical, síndrome del túnel del carpo, escoliosis. Es
también un tratamiento complementario dentro del tratamiento de la fibromialgia.